Es palpable la incapacidad del Gobierno de Castilla-La Mancha y la de sus acólitos para resolver los problemas causados por la sobreexplotación de los acuíferos 23 y 24 y, lo que es peor aún, es que cada vez que toman una decisión complican más la situación. Así está ocurriendo con la regularización de pozos. Con una medida improvisada, como fue la de anunciar concesiones para uso de aguas subterráneas utilizando para ello el agua adquirida a los regantes, lo que han hecho ha sido enredar a los agricultores y crearles falsas expectativas.
Publicar la cesión gratuita de 40 hectómetros cúbicos anuales por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadiana a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha antes de conseguir esa cantidad de agua, no ha sido más que otro de los reclamos propagandísticos del Gobierno regional para embaucar a la sociedad castellanomanchega.
Que se sepa, a estas alturas, y hace más de dos años que comenzó la primera oferta pública de adquisición de derechos de agua, solamente han comprado los correspondientes a unas 2.500 hectáreas, lo cual significa que, hasta la fecha, disponen de unos 5 hectómetros cúbicos, y en el tiempo que queda para finalizar la cuarta y última oferta, menos de un mes, tienen que conseguir 35 más.
Para lograrlo están actuando como aquellos charlatanes de feria que llegaban a los pueblos con la furgoneta cargada de género y, subidos en un taburete, con un don de palabra comparable al de Castelar, embaucaban a los lugareños para venderles enseres, elixires, ungüentos, crecepelos, afrodisíacos, antiarrugas, adelgazantes y pócimas para remediar las miserias humanas. Yo recuerdo a uno que vendía mantas de Zamora (¡a saber de donde eran!) que liaba a los clientes contándoles las excelencias de su género diciéndoles que era el mejor del mundo, que sus mantas eran eternas y que, además de primorosas, eran las que más abrigaban. Además les metía prisa diciendo: ¡cómpremelas antes de que me las quiten de las manos! y, cuando veía que su oferta inicial no tenía clientes, la mejoraba paulatinamente añadiéndole enagüillas de hilo, manteles, pastillas de jabón, paquetes de cuchillas de afeitar y bolígrafos de punta fina.
Así, mejorando poco a poco la oferta, lograba clientes a los que endilgarles las supuestas mantas zamoranas, que ni eran las mejores del mundo, ni abrigaban tanto como él decía. Como la gente terminaba conociéndolos, antes de abandonar el oficio, no pocas veces se iban de los pueblos sin vender ni una escoba.
A mi, con respecto al Plan Especial del Alto Guadiana, la actitud del Gobierno regional y la de cuantos le rodean, me recuerda a la de aquellos charlatanes de feria, pero que, en vez de vender falsas mantas zamoranas, quieren embaucar a los agricultores haciéndoles creer que dejar de regar es extraordinario, que, para la zona, es maravilloso dejar de secano más de la mitad de la superficie que se viene regando y que, con las ayudas que van a recibir, no van a tener problemas nunca más.
Como las excelencias del PEAG son algo así como las de las falsas mantas zamoranas y nadie las compra, hacen lo mismo que los charlatanes de feria, mejorar paulatinamente su oferta. Primero han ofrecido como regalo 600 euros al año para reforestar las tierras que se han dejado de secano y, como siguen sin venderlas, supongo que a continuación ofrecerán vajillas de porcelana, bicicletas, chaquetas de pana y, si hace falta, incluso viajes al Caribe.
Al igual que los charlatanes de feria también quieren meter prisa a los agricultores. ¡Véndame sus derechos de riego antes de que se acabe la oferta! Deberían darse cuenta de que si no venden ni una escoba es porque los agricultores de Castilla-La Mancha lo que quieren es producir y saben que para eso necesitan regar y, por muchas vajillas, bicicletas, chaquetas y viajes que oferten, va a ser difícil que consigan que les vendan su agua. Si a ello se añade que el Gobierno regional ha dictado una resolución enormemente enrevesada, de la que se pueden realizar múltiples interpretaciones, nada transparente y de la que los agricultores no se fían, difícil va a ser la regularización de pozos.
Los charlatanes de feria han desaparecido, los del PEAG, como mínimo, deberían cambiar de oficio.