Cuando el comandante Julio Cervera Baviera completó sus estudios sobre las costas de Marruecos, a petición de la Sociedad Española de Geografía Comercial, realizó un viaje por el Sahara Occidental para realizar estudios topográficos y astronómicos y descubrir rutas comerciales a lo largo del llamado Río de Oro.
Entre mayo y agosto de 1886, soportando la canícula del verano del desierto, recorrió 850 kilómetros y consiguió, además de realizar los estudios que se había propuesto, la firma con el sultán del Adrar de un tratado de protección que fue la base del posterior reconocimiento internacional del Sahara Español.
El pasado mes de diciembre, casi 125 años después de aquella gesta, se firmó el Protocolo Agrícola del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Marruecos. El acuerdo prácticamente prevé la libertad total de acceso al mercado comunitario de todas las frutas y hortalizas procedentes de Marruecos, fija contingentes muy superiores a los actuales para productos considerados sensibles como el tomate, el calabacín, el pepino, el ajo, la clementina y la fresa y, de los demás productos, prácticamente liberaliza su exportación a la Unión Europea, estableciéndose una exención total de los derechos de aduana, mientras se reduce un 30% el precio de entrada para la práctica totalidad de la fruta de hueso y la uva de mesa así como para los cítricos.
Es inquietante que la Ministra de lo que queda de agricultura considere bueno un acuerdo que debilita la posición competitiva en el mercado de los productores españoles de frutas y hortalizas con respecto a los del Reino alauí; es asombroso que dicho acuerdo no haya despertado en ella la misma ira que le provocaron las acertadas reflexiones que sobre él han realizado Mariano Rajoy y Mª Dolores de Cospedal; y es inadmisible que Barreda mantenga su boca cerrada cuando la Ministra trata de ocultar la realidad diciendo que dicho acuerdo abre la posibilidad de exportar melones de Castilla-La Mancha al país de Mohamed VI; parece increíble que la una y el otro no sepan que nuestro vecino del Norte de África introduce anualmente en nuestro país 8.574 toneladas de melón.
Como en Bruselas la Ministra socialista, al negociarse la OCM del vino, pasó completamente desapercibida, puede que se esté queriendo sacar la espina de su garrafal fracaso y, emulando a Cervera, para dar salida a nuestros melones pretenda abrir una nueva ruta comercial con el antiguo Río de Oro. Para realizar su hazaña el expedicionario español necesitó solamente un intérprete de árabe y un biólogo, ella, por lo pronto, ya ha nombrado a dedo a 31 altos cargos, y yo me digo: si en Bruselas, con todo a su favor, la Ministra ha sido incapaz de defender una postura firme para los intereses de nuestros agricultores, en el Sahara, con todo en contra, ¿va a ser capaz de conseguir acuerdos comerciales para nuestra horticultura? Sospecho que nuestros horticultores terminarán el año nuevo tan afligidos como nuestros viticultores han cerrado el 2009. Ojalá me equivoque.
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