Al mismo tiempo, se ha mostrado convencida de que “el potencial de crecimiento en los próximos años es todavía muy alto y tenemos que aprovecharlo”. Estas declaraciones las ha realizado antes de clausurar la IX Convención Regional de ASAJA Castilla-La Mancha, que se ha celebrado bajo el título ‘Horizonte 2020: el futuro de la agricultura y la alimentación’.
La consejera ha señalado que la fortaleza del sector agrario de Castilla-La Mancha se ha evidenciado en estos años de dificultades económicas, en los que productores, cooperativas e industrias han sabido dar la cara frente a la crisis y han actuado de una manera muy ágil para internacionalizarse”, lo que ha permitido un fuerte aumento de las exportaciones, que han crecido un 50 por ciento en los dos últimos años.
Corregir debilidades
Para aprovechar de la mejor manera posible las oportunidades, María Luisa Soriano ha insistido en la necesidad de combatir algunos problemas y debilidades que frenan en ocasiones la mayor expansión del sector, que es en los que se centra el Plan de Inversión y Creación de Empleo (PICE) en su vertiente agroalimentaria.
Entre las medidas que contempla, ha resaltado las dirigidas a apoyar la integración comercial de las cooperativas, “porque la actual atomización nos hace más débiles ante los mercados” y, además, “nos cierra puertas de cara a atender las demandas de algunos países emergentes, que precisan de grandes volúmenes de producto para abastecer sus industrias y mercados”.
La titular de Agricultura también ha enumerado la importancia de otras medidas del PICE para mejorar la competitividad del sector agroalimentario, como las que se centran en la reconversión de cultivos –especialmente del viñedo y olivar-, las destinadas al sector ganadero, para el rejuvenecimiento del sector o las que contemplan mejoras en la formación.
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