La consejera de Agricultura del Gobierno regional, María Luisa Soriano, ha afirmado que “hoy es un día histórico para el cooperativismo de Castilla-La Mancha, ya que con la firma de la integración de BACO y DCOOP se crea uno de los grupos líderes en agroalimentación a nivel nacional”.Así lo ha señalado esta mañana durante el acto de unión de ambas entidades cooperativas, que pone así inicio a una relación en la que se fusionan el primer grupo comercializador de vino de Castilla-La Mancha (BACO) y el primer grupo oleícola español (DCOOP), que cuentan con 70.000 cooperativistas y suman una facturación de unos 700 millones de euros.
Soriano ha calificado de “ilusionante” este proyecto para el mundo cooperativo español y castellano-manchego, ya que “sin duda será un modelo de integración a seguir en el sector”, y su buena marcha será un acicate para la fusión de otras muchas cooperativas. “Necesitamos formar grupos cooperativos fuertes que puedan negociar con garantías en los mercados y defender al sector productor”, ha afirmado.
En este sentido, la consejera ha ofrecido “todo el apoyo del Gobierno de María Dolores Cospedal para que la unión que hoy surge entre las cooperativas BACO y DCOOP sea un éxito, “ya que va en la línea de lo que estamos impulsando tanto desde el Ministerio de Agricultura como desde la Junta de Castilla-La Mancha”.
Asimismo, la consejera ha indicado que esta unión de dos grupos líderes supondrá un “impulso en el proceso de internacionalización del sector agroalimentario, especialmente en dos productos fundamentales para nuestra economía, como son el vino y el aceite, cuyos mercados exteriores estamos consolidando y ampliando en los últimos años”.
Sector potente pero atomizado
La titular de Agricultura del Gobierno regional ha expuesto que, aunque el sector del cooperativismo agroalimentario es muy potente en España -cuenta con un millón de socios, sostiene 100.000 empleos directos y alcanza una facturación superior a 25.000 millones de euros al año-, “aún sigue siendo un sector muy atomizado”, con alrededor de 4.000 Cooperativas y Sociedades Agrarias de Transformación (SAT), de las cuales cerca de 500 están en Castilla-La Mancha.
Para Soriano, esta atomización determina un escaso poder de negociación frente a una distribución fuertemente concentrada, y por ello “estamos trabajando junto al sector en fórmulas que equilibren las fuerzas en la cadena alimentaria”.
En este sentido, el Ministerio de Agricultura, con el apoyo del Gobierno de Castilla-La Mancha, ha puesto en marcha la Ley de Integración Cooperativa y la Ley de la Cadena Alimentaria, con las cuales se pretende equilibrar las relaciones entre los distintos agentes de la cadena alimentaria.
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