martes, 5 de mayo de 2009

Sarkozy y Fenavin (ARTÍCULO DE OPINIÓN)

Con motivo de la visita de Sarkozy y de la inauguración de FENAVIN se me ha ocurrido que podría ser interesante poner en marcha algo semejante a lo que, desde hace más de 30 años, se viene celebrando en Burdeos la denominada Campagne primeur (Primicias de campaña).

Se trata de una reunión anual de los críticos y distribuidores más importantes en el mundo del vino para catar los mejores caldos de la última cosecha.

La idea es que los inversores y los consumidores tengan la oportunidad de comprar vino a precios que tienen un gran potencial de incrementarse en un futuro, lo que permite a los productores tener ingresos por su actividad cuando el vino, todavía en la barrica, está perfeccionándose e impregnándose de las características que le dan su personalidad propia.

Observando la evolución del Liv-ex (London International Vintner Exchange), índice que publica la cotización de 100 vinos de calidad, se comprueba que ha habido añadas, sin duda favorecidas por el pleno apogeo de la burbuja financiera, en las que se han triplicado el precio de los vinos.

La producción de vino es una actividad con poco margen de maniobra para adaptarse a los cambios bruscos de la economía que en los últimos tiempos se están produciendo. Las importantes modificaciones en los hábitos de los consumidores, motivadas por la situación de crisis global, repercuten negativamente tanto en el precio de los caldos como en su consumo, frente a lo cual el sector del vino tiene una capacidad de respuesta limitada, puesto que la propia naturaleza de un cultivo como la vid y los esmerados sistemas de elaboración de vino de calidad son lentos para acomodarse a los cambios de orientación productiva.

En España sucede que la recesión económica ha incidido en un descenso global del consumo de vino del 5% con respecto a los años anteriores. Los canales de hostelería y alimentación, que representan el 70% del total comercializado en el mercado del vino, han visto como ha disminuido el descorche de botellas, sobre todo en restaurantes, que han experimentado una caída en las ventas de vino del 8,6%.

Si a la pésima negociación que sobre la OCM de la vid y del vino que nuestros gobernantes han realizado en Bruselas, se le añade la desoladora situación de crisis económica y social que estamos viviendo, hoy, no pocas bodegas, que en otro tiempo desarrollaron valientes políticas de plantación de viñedos, de inversiones millonarias en arquitectura y de adquisición de materias primas, hoy estén atravesando grandes dificultades.

Pero esta situación no afecta solo a los grandes empresarios vinícolas. También atañe a los viticultores y a los bodegueros de toda la vida, ya que, tanto los unos como los otros, venían soportando desde hace tiempo esta crisis que ahora nos afecta a todos.
Los primeros percibiendo un precio de la uva que no llega ni a 23 pesetas el kilo y, los segundos, porque llevan tiempo comprobando que colocar una botella de sus vinos en las estanterías de los supermercados es una misión que a veces raya lo imposible, a pesar de que, en la elaboración del vino que se produce en nuestra región, se ha producido un aumento considerable de la calidad, y de que se pueden encontrar auténticas maravillas que, cuando lo probamos, se nos alegra el espíritu, por muy mal que nos haya cogido la crisis.

Los optimistas, aquellos que siempre ven la botella media llena, dicen que una crisis sirve para sanear la economía, pero lo que es evidente es que, clarificar el mercado del vino, como cualquier otro sector, habría que haberlo hecho antes de llegar a este trance.

Es por lo que, actividades como la de FENAVIN ofrecen una vía que puede ayudar a la comercialización de nuestro vino, la riqueza natural de Castilla-La Mancha, y por lo que, fomentar otras, semejantes a la que se viene celebrando en Burdeos, podría aportar a nuestros viticultores y bodegueros la liquidez que necesitan para adaptarse con agilidad a las circunstancias del mercado.

Aunque me temo que, como es característico, el gobierno de Barreda va a seguir abandonando a su suerte a un sector básico para la economía y la cultura castellano manchegas. Faltaría plus.