La nueva Ley de Caza
impulsa la sostenibilidad de la actividad cinegética y la protección del medio
natural, ya que el Gobierno regional entiende esta actividad como un aliado del
medioambiente.
Así lo he señalado en el debate de las Cortes regionales sobre el proyecto de ley de Caza, en el que se hace referencia a las especies de caza y sus hábitats, al tiempo que se establece la posibilidad de un tratamiento especial en su planificación de forma preferente para las especies cinegéticas autóctonas.
Como novedades de este proyecto con respecto a la ley todavía vigente, que data de 1993, conviene resaltar la adaptación de la caza a la realidad social y económica de Castilla-La Mancha y la necesidad de planificar toda la actividad cinegética.
Con este fin se crean, como instrumento de gestión sostenible, los Planes de Ordenación Cinegética, que incorporarán las infraestructuras en materia de incendios y las medidas de autoprotección para emergencias sanitarias por accidentes que se puedan producir, los instrumentos de conservación de los hábitats y el número de las piezas que el terreno cinegético puede sustentar.
Asimismo, el texto legal busca la simplificación y agilidad de los trámites administrativos, una de las principales claves en las actuaciones del Gobierno de la presidenta Cospedal, para facilitar una gestión eficaz.
En esta línea, se suprime la catalogación de los cotos de caza mayor y menor, para permitir el aprovechamiento que corresponda de acuerdo a la vocación cinegética de los terrenos y sus posibilidades, y se reducen a dos los tipos de terrenos cinegéticos donde se puede practicar la caza: los Cotos de Caza y las Zonas Colectivas de Caza.
Este último es uno de los grandes avances del proyecto de ley, ya que su titularidad corresponde a las asociaciones, sociedades o clubes de cazadores que por sus fines sociales realicen un ejercicio de la caza de forma no comercial ni lucrativa. El hecho de favorecer y facilitar la caza a los aficionados de los municipios rurales de Castilla-La Mancha hace de ésta una ley muy social.
Además, se crea la figura del titular profesional cinegético, con el fin de exigir mayor cualificación y responsabilidad y simplificar trámites.
Así lo he señalado en el debate de las Cortes regionales sobre el proyecto de ley de Caza, en el que se hace referencia a las especies de caza y sus hábitats, al tiempo que se establece la posibilidad de un tratamiento especial en su planificación de forma preferente para las especies cinegéticas autóctonas.
Como novedades de este proyecto con respecto a la ley todavía vigente, que data de 1993, conviene resaltar la adaptación de la caza a la realidad social y económica de Castilla-La Mancha y la necesidad de planificar toda la actividad cinegética.
Con este fin se crean, como instrumento de gestión sostenible, los Planes de Ordenación Cinegética, que incorporarán las infraestructuras en materia de incendios y las medidas de autoprotección para emergencias sanitarias por accidentes que se puedan producir, los instrumentos de conservación de los hábitats y el número de las piezas que el terreno cinegético puede sustentar.
Asimismo, el texto legal busca la simplificación y agilidad de los trámites administrativos, una de las principales claves en las actuaciones del Gobierno de la presidenta Cospedal, para facilitar una gestión eficaz.
En esta línea, se suprime la catalogación de los cotos de caza mayor y menor, para permitir el aprovechamiento que corresponda de acuerdo a la vocación cinegética de los terrenos y sus posibilidades, y se reducen a dos los tipos de terrenos cinegéticos donde se puede practicar la caza: los Cotos de Caza y las Zonas Colectivas de Caza.
Este último es uno de los grandes avances del proyecto de ley, ya que su titularidad corresponde a las asociaciones, sociedades o clubes de cazadores que por sus fines sociales realicen un ejercicio de la caza de forma no comercial ni lucrativa. El hecho de favorecer y facilitar la caza a los aficionados de los municipios rurales de Castilla-La Mancha hace de ésta una ley muy social.
Además, se crea la figura del titular profesional cinegético, con el fin de exigir mayor cualificación y responsabilidad y simplificar trámites.
Participación pública y transparencia.
Este proyecto de ley es el resultado de una participación pública activa e intensa y una información transparente, ya que para su elaboración la Consejería de Agricultura ha mantenido desde junio de 2013 continuos contactos y reuniones con todos los sectores implicados para analizar el texto de forma conjunta y con carácter oficial.
Entre estos contactos, destaca el Consejo Regional de Caza, formado por Sanidad, Guardia Civil, asociaciones ecologistas y sector cinegético, y el Consejo Asesor de Medio Ambiente, integrado por asociaciones como WWF, Ecologistas en Acción, Ardeidas, CECAM, ASAJA, UPA, APROCA y ATICA, entre otras.
Compromiso del Gobierno con el sector.
La nueva ley es una nueva muestra del compromiso del Gobierno regional con el sector, que a lo largo de esta legislatura se ha manifestado en diversas actuaciones, como las ayudas de 500.000 € para potenciar el aprovechamiento sostenible de los cotos de caza y el turismo cinegético; la simplificación en la expedición de las licencias de caza; el aumento de la oferta de formación; o la promoción de agrupaciones de empresas del sector que permitan concentrar la oferta de servicios al cazador combinando alojamiento, actividades, comercios o artesanía.
Asimismo, el Gobierno de Cospedal ha impulsado decididamente la licencia única de caza entre regiones limítrofes, para la que ya hay acuerdo con las comunidades de Extremadura, Castilla y León y Madrid, lo que supone una importante simplificación administrativa y a la que han mostrado voluntad de adherirse otras comunidades autónomas.
6.500 puestos de trabajo directos.
La actividad cinegética en Castilla-La Mancha sostiene directamente más de 6.500 empleos fijos, con un número de jornales al año que supera los 1,6 millones de euros y una facturación anual que se acerca a los 600 millones de euros.
Un gran número de personas, principalmente vinculadas al medio rural, practica esta actividad de enorme influencia socioeconómica y que supone uno de los elementos de arraigo poblacional más importantes, clave en la fijación de la población rural.
Cabe destacar que Castilla-La Mancha cuenta con 7,2 millones de hectáreas, ocupadas por 5.800 terrenos cinegéticos, lo que supone que el 95 por ciento de la superficie de la región es susceptible de ser objeto de actividad cinegética.
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