miércoles, 24 de abril de 2013
El mantenimiento de los derechos de plantación de viñedo ofrece un horizonte de estabilidad al sector.
La consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha, María Luisa Soriano, ha destacado “la enorme importancia de que las principales regiones vitivinícolas de Europa hayamos hecho escuchar nuestra voz junto al propio sector del vino, para dar un horizonte de estabilidad al sector, que veía con incertidumbre la liberalización”.
La consejera asiste hoy en Stuttgart (Alemania) a la Asamblea de las Regiones Vitícolas Europeas (AREV), en la que las principales zonas vitivinícolas del continente debaten sobre la futura reforma del sector del vino, que en un principio contemplaba la liberalización de los derechos de plantación de viñedo a partir de 2015.
A finales del pasado mes de marzo, durante las negociaciones de la reforma de la Política Agraria Común (PAC), finalmente la Comisión Europea aceptó el mantenimiento de los derechos de plantación de viñedo hasta el año 2019, fecha a partir de la cual se mantendrá un sistema de autorizaciones –aún por definir- que limite la producción.
Con esta decisión se atienden las demandas de la Junta de Castilla-La Mancha y, en general, de las regiones que componen la AREV, “evidenciando una vez más la importancia que tienen las alianzas, el diálogo y el trabajo constante de las administraciones para influir de forma positiva en decisiones que afectan a miles de viticultores”, ha expuesto María Luisa Soriano.
Trabajo coordinado entre ministerio y comunidades autónomas
En ese sentido, Soriano ha reseñado el trabajo coordinado entre el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que ha buscado aliados entre los países más fuertes de la UE, y comunidades como Castilla-La Mancha, que “hemos llevado nuestras reivindicaciones a diferentes foros nacionales e internacionales”.
La consejera de Agricultura ha recordado que “desde el Gobierno de María Dolores Cospedal hemos defendido desde el principio el mantenimiento de los derechos, ya que la liberalización conllevaba amenazas como la deslocalización del viñedo, la pérdida de patrimonio paisajístico, la sobreproducción de vino o la caída de precios”.
En todo caso, Soriano ha reconocido que “aunque existe el compromiso, el texto de la reforma aún no se ha cerrado, por lo que hay que seguir trabajando hasta el final para evitar sorpresas desagradables. Por eso es importante que la Unión Europea vea que desde la AREV nos mantenemos alerta”, ha concluido.
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