martes, 31 de mayo de 2011

Al comienzo de una nueva andadura

Los pocos años que llevo volcada en la actividad política, en mi caso desarrollada en la oposición, me han permitido sacar dos conclusiones. Una, que en la vida política una buena parte de las energías hay que destinarlas a neutralizar los envites de la parte contraria. La segunda conclusión es que en política la actividad diaria se tiene que realizar en compañía. Para darse cuenta de que la primera es evidente no hay más que recordar los ataques que ha resistido Mª Dolores Cospedal. De la segunda, por lo que a mí respecta, tengo la satisfacción de poder decir que me he sentido arropada por mis compañeros. De no haber sido así hubiese pensado que me había equivocado, que la aventura no merecía la pena y que lo mejor que podía hacer era volver a mi mundo profesional, la enseñanza universitaria.
Si hablo de compañeros confieso que para mí ha sido todo un lujo colaborar intensamente con Mª Dolores Cospedal. La sensación que yo tenía antes de conocerla de cerca era óptima, pero estos cuatro años de durísimo trabajo a su lado han sido la ocasión para que su figura se agigantara. Cada vez que pienso en las dificultades que en un ambiente de turbias manipulaciones ha tenido que superar me parece un milagro haber llegado a buen puerto.
Por el éxito que el Partido Popular ha conseguido en las últimas elecciones durante estos días vengo recibiendo un sinfín de felicitaciones. Públicamente aprovecho la ocasión para agradecerlas. Noto en ellas espontaneidad, alegría y, sobre todo, mucha ilusión en la nueva andadura que vamos a vivir. En este sentido quiero señalar que ni vamos a emborracharnos de éxito, ni vamos a hacer juegos malabares para encandilar a una población que está sufriendo situaciones insoportables. Tenemos la convicción de que los problemas de Castilla-La Mancha son gravísimos y sabemos que las soluciones pasarán, en primer lugar, por un esfuerzo continuo e intenso para diagnosticar con lucidez los problemas, y, a continuación, poner los medios para su solución. Para lograrlo lo que vamos a hacer es trabajar con una entrega absoluta y tender la mano a los representantes sociales y a los partidos políticos de la región, ofreciéndoles la reflexión de que tenemos la grave responsabilidad de, entre todos, conseguir que los castellano-manchegos encuentren en nosotros las soluciones para sus problemas. Actuar de otra manera sería caer en prepotencia y haría de la política una actividad nefasta que merece la repulsa de los ciudadanos.
Si, porque la magnitud de la tarea es enorme, alguien duda de que en Castilla-La Mancha se pueden alcanzar altas cotas de bienestar o si hay quien no cree posible que veamos cómo se recuperan valores en la forma de hacer política, que piense que el Partido Popular, en otras ocasiones y en otras regiones de España, ha demostrado y está demostrando que es capaz de responder a las expectativas que genera. Personalmente, a pesar de la inquietante situación que tenemos, soy optimista y confío en que, con un nuevo espíritu de responsabilidad de gobierno, unido al coraje propio de los ciudadanos de esta región, se puede asumir el reto que tenemos por delante

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