viernes, 6 de marzo de 2015

El carácter social y el respeto a la naturaleza son los principios de la Ley de Caza.


La nueva Ley de Caza es mucho más social porque favorece y facilita la caza a los aficionados de los municipios rurales de la región, a la vez que garantiza la conservación de la naturaleza y la mejora genética y sanitaria de las especies cinegéticas.
 
Ayer se celebró en las Cortes regionales el debate de la Ley de Caza de Castilla-La Mancha, que se ha aprobado de forma definitiva y sustituye a la anterior, del año 1993, lo que permite adaptar la normativa a la actual realidad del sector.
 
Entre los principales objetivos que persigue la nueva ley destacan: regular la actividad cinegética de forma ordenada, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, simplificando y agilizando los trámites administrativos; regular la caza haciéndola compatible con otras actividades; conseguir una planificación integral de la totalidad de los terrenos cinegéticos; proteger y aprovechar ordenadamente los recursos cinegéticos; conservar el medio natural y fomentar los hábitats de las especies.
 
La caza es una de las actividades socioeconómicas más importantes para el medio rural de Castilla-La Mancha, ya que sostiene 6.500 puestos de trabajo y genera directa e indirectamente 600 millones de euros al año, lo que permite el desarrollo económico y fijar población en muchos pequeños municipios.
 
Intensa participación pública y apoyo del sector.

La Ley de Caza es el resultado de una intensa participación pública y gran voluntad de acuerdo. De hecho, a lo largo del proceso de exposición pública, se aceptaron -parcial o totalmente- un total de 169 alegaciones.
 
Además, durante el debate en la Comisión de Agricultura de las Cortes regionales se han aceptado 24 enmiendas del Grupo Parlamentario Socialista y 20 enmiendas del Grupo Parlamentario Popular, además de una enmienda transaccional presentada por ambos grupos.
 
El texto cuenta con el apoyo de todas las asociaciones del sector cinegético de Castilla-La Mancha (Federación de Caza, APROCA y ATICA), ya que favorecerá la simplificación burocrática y administrativa, la profesionalización en la gestión a través de los planes de ordenación y la responsabilidad con los planes zoosanitarios y el control de la genética.
 
Lamento profundamente la actitud del Partido Socialista, que se ha posicionado con los grupos que están en contra de la actividad de la caza, y ha apoyado una serie de planteamientos falaces que nada tienen que ver con la Ley de Caza, como que permita disparar a perros y gatos sueltos o que salirse de un camino en un monte público por una necesidad fisiológica suponga una multa de dos millones de euros. La ilógica y el absurdo de estos planteamientos no se encuentran en esta Ley, que hemos diseñado para el uso y disfrute de la naturaleza de forma racional, sostenible y equilibrada.

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