lunes, 30 de marzo de 2015

La creación del LARAGA optimiza los recursos humanos y económicos y mejora la calidad de los análisis agroalimentarios y ambientales.


La puesta en marcha del Laboratorio Regional Agroalimentario y Ambiental de Castilla-La Mancha (LARAGA) nos permite optimizar los recursos humanos y económicos y mejorar la calidad y rapidez de respuesta en los análisis agroalimentarios y ambientales que realizamos desde el Ejecutivo regional.
 
En este sentido, su creación se enmarca en la línea de Gobierno que está impulsando la presidenta María Dolores Cospedal, que implica simplificación administrativa, racionalización de los recursos humanos y materiales, centralización de compras, mayor especialización y profesionalización, mejora de la calidad del servicio y ahorro de costes a los ciudadanos.
 
Esta misma mañana he inaugurado las instalaciones del LARAGA en Toledo, en la que se ubica la Unidad Analítica Regional Agroambiental; mientras que la otra sede, en Talavera de la Reina, acoge la Unidad Analítica Regional de Sanidad Animal. Además, en cada provincia se habilita un centro de recogida de muestras para facilitar y agilizar los procedimientos y mejorar los mismos en la cadena de custodia.
 
El LARAGA surge de la fusión -bajo una misma coordinación y dirección- de las unidades de análisis de 15 centros, proceso que se ha llevado a cabo de forma escalonada desde el año 2012.
 
El LARAGA cubre las necesidades para los servicios de inspección y control de la Consejería de Agricultura en todos sus ámbitos de competencias, con analíticas que cumplen las normas ISO, acreditadas por AENOR.
 
Asimismo, este laboratorio pone a disposición de los sectores agroalimentario y ambiental de Castilla-La Mancha sus servicios sin competir en precios de mercado con otros centros de control privados, para cumplir así con las reglas de libre competencia.
 
El laboratorio cuenta con un amplio catálogo de servicios en materias sanidad animal y vegetal, análisis de productos derivados de la uva, análisis genómico, calidad del aire, control agroambiental, ensayo para la certificación de semillas, plaguicidas, fertilizantes, uso ilegal de venenos, análisis del plan de expansión del lince, piensos, residuos, mieles o aceites, entre otros.
 
Ahorro del 62% en costes estructurales.


Además de las mejoras en el servicio, la unificación de los análisis en dos centros de referencia supone un ahorro de costes estructurales del 62%, al pasar de 5,6 millones al año a 2,1 millones, a lo que hay que sumar que la centralización rebaja el coste de materiales en otro 43%, reduciendo la cuantía de 625.000 a 375.000 euros por ejercicio.
 
En este punto, el LARAGA pone fin a muchos despropósitos de la etapa socialista, en la que algunos centros contaban con aparatos de última generación y alto coste sin utilizar y unidades de análisis con escasa carga de trabajo. Por ejemplo, en el año 2011, bajo la gestión socialista, en algún laboratorio de la región cada muestra realizada suponía un coste de 362 € solo en personal debido a la infrautilización de algunos centros.

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