El Gobierno regional apuesta por unas
explotaciones agrícolas y ganaderas activas, que serán las receptoras de fondos
de la Política Agraria Común (PAC), lo que refuerza de cara al futuro la figura
de los productores profesionales.
Así lo señalé el pasado sábado en Cuenca antes de clausurar la Asamblea General del Sindicato Agropecuario de Cuenca (SIAC), en la que he recordado que las ayudas de PAC que están tramitando actualmente los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha irán destinadas a aquellos que realmente mantienen activas sus explotaciones.
En el modelo español de la reforma de la PAC se decidió esta reorientación de las ayudas para destinarlas a los agricultores y ganaderos activos, con el fin de que la sociedad apoye a aquellos que día a día mantienen sus explotaciones a pleno rendimiento.
En España se considera ‘agricultor o ganadero activo’ a aquel que perciba al menos un 20% de sus ingresos agrícolas o ganaderos por la venta de sus productos, de forma que las ayudas de la PAC no supongan más del 80% de lo que percibe por lo que produce. De esta manera, si un productor gana 5.000 euros al año, como máximo 4.000 euros pueden proceder de las ayudas, y al menos otros 1.000 euros debe ingresarlos de lo que venda en el mercado.
Además, por lo que respecta a los ganaderos, se les obliga a tener un mínimo de animales por hectárea para recibir las ayudas, con el fin de que las zonas de pastos estén realmente aprovechadas.
Queremos un campo vivo, dinámico, rentable y modernizado, que sea la piedra angular sobre la que se desarrolle una potente industria agroalimentaria, que cuente con materia prima de la máxima calidad para seguir avanzando en los mercados internacionales, en los que cada vez tienen más presencia nuestros productos agroalimentarios.
Así lo señalé el pasado sábado en Cuenca antes de clausurar la Asamblea General del Sindicato Agropecuario de Cuenca (SIAC), en la que he recordado que las ayudas de PAC que están tramitando actualmente los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha irán destinadas a aquellos que realmente mantienen activas sus explotaciones.
En el modelo español de la reforma de la PAC se decidió esta reorientación de las ayudas para destinarlas a los agricultores y ganaderos activos, con el fin de que la sociedad apoye a aquellos que día a día mantienen sus explotaciones a pleno rendimiento.
En España se considera ‘agricultor o ganadero activo’ a aquel que perciba al menos un 20% de sus ingresos agrícolas o ganaderos por la venta de sus productos, de forma que las ayudas de la PAC no supongan más del 80% de lo que percibe por lo que produce. De esta manera, si un productor gana 5.000 euros al año, como máximo 4.000 euros pueden proceder de las ayudas, y al menos otros 1.000 euros debe ingresarlos de lo que venda en el mercado.
Además, por lo que respecta a los ganaderos, se les obliga a tener un mínimo de animales por hectárea para recibir las ayudas, con el fin de que las zonas de pastos estén realmente aprovechadas.
Queremos un campo vivo, dinámico, rentable y modernizado, que sea la piedra angular sobre la que se desarrolle una potente industria agroalimentaria, que cuente con materia prima de la máxima calidad para seguir avanzando en los mercados internacionales, en los que cada vez tienen más presencia nuestros productos agroalimentarios.
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